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Los senderos de la lucha colombiana

Publicado en Temple, n° 1 de la nueva época

Diego Ríos
Militante de la Juventud Comunista de Bolivia

Los paros nacionales en Colombia iniciaron a finales del año 2019, en respuesta a las condiciones determinadas por la crisis capitalista, agravada posteriormente no solo por la pandemia sanitaria sino también por las políticas antipopulares del gobierno de Iván Duque que recrudecen las condiciones de vida de los trabajadores, como la reciente propuesta de reforma tributaria cuyo fin es acrecentar la fortuna de la oligarquía colombiana y continuar financiando la guerra contra el pueblo y los préstamos del imperialismo norteamericano, el FMI y el Banco Mundial, necesarios para llevarla adelante.

De hecho, en los últimos años, no solo aumentaron los índices de pobreza en Colombia, sino también los de desigualdad y desempleo. Mientras la clase trabajadora de la ciudad y el campo vive en la miseria, la clase dominante continúa enriqueciéndose, en parte a través de la intensificación de la explotación de los trabajadores, en parte a través de actividades ilegales como la corrupción y el narcotráfico, cuyos vínculos con el gobierno han sido ampliamente difundidos y demostrados.

Adicionalmente, los acuerdos de paz firmados el 2016, con la esperanza de establecer un terreno que permita el desenvolvimiento democrático (aunque burgués) de las fuerzas políticas representativas de los sectores oprimidos de la población, fueron aniquilados por la oligarquía colombiana gobernante, enquistada en el poder desde hace muchas décadas, traicionando así las esperanzas de paz del pueblo y el compromiso de los combatientes desmovilizados.

No es la primera vez que algo así sucede. Quienes detentan el poder económico habían ya arremetido contra la paz (genocidio de la Unión Patriótica, asesinatos de Manuel Cepeda, Jaime Pardo, Jaime Garzón, Bernardo Jaramillo, José Antequera, ruptura unilateral de los diálogos de paz por parte del gobierno de Pastrana en 2002, Plan Retorno, Plan Colombia, etc.).

En estas circunstancias adversas, el pueblo colombiano decide salir a las calles el 28 de abril, debiéndose enfrentar a la violencia estatal que hace décadas ha caracterizado la respuesta del gobierno colombiano al descontento social causado por la miseria y la injusticia. A esto se suma el paramilitarismo que funge de complemento a la represión policial-militar, organizado y financiado por el Estado y por los grupos de poder anidados en él. Al día de hoy más de mil personas han sido asesinadas en 3 años del gobierno de Duque, entre obreros, campesinos, indígenas, estudiantes y exguerrilleros firmantes del proceso de paz. En la primera semana de protesta al menos 25 personas habían sido asesinadas, incluidos menores de edad. Al día de hoy, esas cifras son muchísimo mayores.

La clase dominante, a través de sus órganos represivos, pretende infundir miedo a los trabajadores que se encuentran luchando en las calles, para así poder continuar enriqueciéndose a costa de ellos, quitándoles derechos laborales, reduciendo salarios, incrementando los impuestos. Pero la respuesta del pueblo no es el miedo, es la lucha.

A continuación reproducimos una pequeña entrevista realizada a nuestros camaradas de la Juventud Rebelde de Colombia, a quienes agradecemos el tiempo y la dedicación que empeñaron para ilustrar con gran detalle la situación en su país.

¿Cuáles consideran que sean las principales razones (sociales/económicas/políticas) que han dado inicio a las manifestaciones en Colombia?

Hay factores de largo plazo que configuran el fondo de la disputa política en el país: el modelo económico extractivista y financiarizado viene en crisis desde hace años; el ordenamiento institucional, el régimen de dominación de clase, también refleja su descomposición. Es un orden institucional que está en un punto crítico y empieza a fracturar el consenso de las elites del país. Ambos aspectos se ven acentuados por los impactos políticos y culturales del acuerdo de paz de la Habana.

El acuerdo de Paz permitió evidenciar que el problema del país no era la confrontación armada ni la insurgencia. Al contrario, desnudó esa crisis institucional y económica, al punto que ni los grandes medios de comunicación han podido ocultarla. Pero el Acuerdo también decantó un mapa politico de respuestas a esa crisis: una respuesta conservadora de los terratenientes, una “modernizante” de la burguesía vinculada al sector financiero; ambas propuestas coinciden en que los sectores populares, trabajadores paguen la crisis, así como legitimar el régimen político vigente. Una tercera alternativa, aún en proceso, es la del campo popular: que la crisis la pague el bloque en el poder que fue quién la generó.

Ese es el transfondo de la situación. Allí emerge el Paro Nacional de 2019, muy potente y con un horizonte de reivindicaciones que beneficien las condiciones de vida del campesinado, comunidades indígenas y trabajadores urbanos. A ese paro se

respondió con intensa represión, al punto que la denuncia por la brutalidad policial y el terrorismo de Estado se convirtió rápidamente en una bandera central del movimiento popular.

Esa represión a la movilización se acompaña de una política no oficial de Estado: el paramilitarismo que coincide con las políticas económicas del Estado, logrando mediante la violencia y el asesinato mantener favorable la correlación de fuerzas a favor del bloque de poder.

La Pandemia acentuó esa crisis. Salvo el sector financiero que logró enormes ganancias durante la pandemia, el resto de los sectores productivos se vieron afectados. De nuevo la intención fue que los trabajadores y sectores populares paguemos la crisis con decretos y reformas en lo laboral, tributario, pensional, seguridad social. Eso sumado a una gestión militar de la pandemia (toques de queda, patrullajes militares para garantizar la cuarentena e incluso represión estatal) acumularon la justa rabia que el pueblo colombiano expresa ahora en las calles.

En ese contexto, ¿cuál es la situación actual de los jóvenes trabajadores y estudiantes? ¿Cuál es el rol que cumplen en la lucha y cuáles sus perspectivas?

La situación juvenil en el país es aún más difícil. Las tasas de desempleo casi duplican el promedio nacional y casi un 40% de jóvenes que trabajan lo hacen en la informalidad. Eso significa que la mayoría de las y los jóvenes de Colombia no tenemos acceso a salud, perspectiva de pensión en la vejez, ni ningún tipo de seguridad social. En lo educativo, la Pandemia acentuó la deserción estudiantil que en algunas universidades alcanza el 40% de la matrícula.

Acá decimos que somos una generación de no futuro. No tenemos, literalmente, nada que perder; nos han quitado absolutamente todo. Si a eso se suma que en los dos últimos años se han presentado masacres dirigidas hacia jóvenes en varias partes del país y una histórica represión policial y persecución hacia las prácticas juveniles (el bloque de poder en Colombia es profundamente conservador), tenemos una situación de precariedad económica, represión y persecución política, sexual, de género, exclusión del sistema educativo y desfinanciación de la educación pública.

Nuestro rol como jóvenes ha sido protagónico. Sin negar importantes ejercicios de movilización campesina, indígena y afrocolombiana en territorios rurales, el sujeto urbano en movilización es juvenil y sin duda el movimiento antipatriarcal o de género. Pero en el caso de lo juvenil tenemos una dispersión y fragmentación muy fuerte.

De allí que nuestra expectativa inmediata sea agrupar al movimiento juvenil que está en las barricadas; tejer las banderas de lucha que nos unifiquen y constituir el actor colectivo que nos represente. Ese ha sido un ejercicio difícil, pues la dispersión es reflejo de proyectos políticos diversos, a veces contrarios, e incluso planteamientos anti-organización.

Pero como todo movimiento, esto también es una invaluable escuela de formación política que empieza a hacer evidente que debemos articularnos como sujeto juvenil a nivel nacional.

¿Qué planteamiento propone la Juventud Rebelde para salir de esta situación? ¿Hacia dónde debe ir el Paro Nacional y cómo plantean la construcción de una Unidad de los sectores populares y una propuesta para hacer frente a una oligarquía paramilitarista que se encuentra en el gobierno desde hace tantos años?

Ante la situación la tarea inmediata de la JR es contribuir a la articulación del movimiento juvenil y en segundo término del campo popular. En esa articulación radica la posibilidad de hacer síntesis del momento político, la capacidad de lucha y dar un salto cualitativo en organización popular. Sin negar la importancia de la elaboración programática, nos parece que esta depende del grado de organización popular para que sea representativa y tenga vocación de victoria.

De facto el paro ha entrado en una etapa de reorganización. Las dinámicas de movilización han venido disminuyendo y en su lugar emergen asambleas populares, espacios de formación, reunión y articulación. El reto consiste en lograr tejer amplia unidad del campo juvenil y del campo popular hacia un solo espacio de articulación que potencie la beligerancia popular.

Nos parece esa es la clave. La agudización de la crisis pone de presente que esta es una etapa de lucha política de mediano y largo plazo. El Gobierno ha cruzado una línea hacia la abierta represión estatal, una guerra irregular contra la movilización y de facto la subordinación de la autoridad civil a las autoridades militares. No es menor la realidad actual del país. Ante ella requerimos intensificar la denuncia internacional por el grado de crueldad del Estado hacia la movilización.

Este es un momento coyuntural con alcances estratégicos. Es un pulso político que anuda procesos políticos de al menos una década; la respuesta es de largo plazo, de allí que la organización sea prioridad; organización en clave, al menos, anticapitalista que acumule organizativamente, y desprenda victorias parciales en una batalla que sin duda abre dos opciones: la restauración conservadora y fascista o la apertura democrática hacia las transformaciones que demandamos como pueblo y juventud. Como bien lo saben en Bolivia, acá tenemos el reto de dar el paso de un paro destituyente a un movimiento constituyente hacia una nueva Colombia.

Sobre la despenalización del aborto

Publicado en Temple, n° 1 de la nueva época

Ana Molina
Militante de la Juventud Comunista de Bolivia

El debate sobre la necesidad de despenalizar el aborto ha sido largamente transitado y hasta superado en muchos países. La evidencia científica y la verdad terminan por imponerse. De lo que no se ha debatido y reflexionado con la necesaria profundidad es de la naturaleza de los planteamientos políticos e ideológicos de los distintos movimientos que se hallan bajo el paraguas de la lucha por la despenalización del aborto.

La consigna más común y ampliamente difundida propugna el derecho a decidir, sin embargo la mayoría, las mujeres trabajadoras no podemos plantearnos el derecho a decidir, sino el derecho a la interrupción y a la planificación. Decidir es un lujo que no existe para la mayoría de las mujeres que abortan. La inviabilidad material y objetiva de una maternidad sana y digna hace que las mujeres pobres no decidan sino que se vean obligadas a abortar.

Alvaro Cunhal, destacado dirigente del Partido Comunista Portugués, en su tesis sobre el aborto, distingue entre el aborto practicado por mujeres de clase trabajadora y mujeres de sectores acomodados, considerando el primero como un aborto de necesidad y el segundo como un aborto de lujo, porque existen condiciones materiales y objetivas que distinguen no sólo las condiciones sino también las motivaciones de cada caso.

Debemos empezar reconociendo que hay mujeres abortando en la más precaria clandestinidad para reconocer las sistemáticas desigualdades e injusticias del sistema. Luego debemos comprender las condiciones de vida que llevan a las mujeres a abortar. Comprendemos que las injusticias de clase que no hacen más o menos legítimos a unos abortos que a otros, pero sí los hacen política y socialmente muy distintos. En países en los que el aborto es ilegal las trabajadoras deben acudir a centros clandestinos en los que no existen ni las mínimas medidas de salubridad necesarias; mientras las mujeres burguesas o aburguesadas pueden pagarse abortos en clínicas con óptimas condiciones o sencillamente se van a otros países a practicar el aborto. De igual manera, aún en países en los que el aborto ha sido despenalizado, la diferencia entre la sanidad pública y la sanidad privada marca profundas diferencias en las condiciones en las que trabajadoras y burguesas practican el aborto, como en cualquier otra intervención médica. Es en este sentido que, la despenalización del aborto es vacía si no va de la mano con la lucha por la sanidad pública, gratuita, universal y de calidad.

El aborto es una política de salud pública urgente pero también hay que entenderla como una medida que logrará justicia económica para las mujeres, ya que la maternidad no planificada en las familias trabajadoras agrava su difícil situación. El capitalismo no oprime a todas las mujeres por igual y las desigualdades que marcan la condición de la mujer trabajadora en el sistema capitalista son particularmente lacerantes y violentas.

Tampoco debemos olvidar que también existe mucha desigualdad en cuanto al acceso a la educación en general y a la educación sexual y de planificación en particular.

Por todo lo expuesto anteriormente es que creemos que la lucha por la despenalización del aborto debe vincularse estrechamente a la lucha por la superación del sistema capitalista. La liberación humana de la opresión capitalista pasa por las liberaciones específicas que necesitan las mujeres trabajadoras.

Nuestras voces deben alzarse por el derecho a la maternidad paga; por oportunidades de trabajo estable con salarios dignos; y por el derecho a una educación científica, gratuita, y de calidad y por el acceso gratuito y universal a la salud, incluida la interrupción del embarazo.


Sofía Gabriel
Militante de la Juventud Comunista de Bolivia

«Qué violentos y peligrosos se han vuelto los feminismos inmersos solamente en sí mismos como principales fronteras de lucha y carentes totales de horizontes políticos. El tema de la revolución social aparece relacionado con el de la organización del proletariado en partidos políticos y los grupos de vanguardia de las clases sociales. Rechazar estos principios de organización estructurada en una sociedad condicionada económicamente, desconoce la necesidad impuesta a los trabajadores por su vida cotidiana y su actividad productiva, y amplía esta mitología del “individuo autónomo” que destruye las posibilidades que tienen las bases sociales de agruparse en función colectiva con el fin de oponer un frente a la burguesía en los terrenos políticos. Los orígenes del feminismo toman a la mujer blanca de primer mundo como sujeto político por miedo a la reproducción de jerarquías autoritarias que pretendían combatir mirando únicamente al hombre blanco como un referente de igualdad. Este feminismo burgués se multiplica cuando se habla de la necesidad de reconocer al Estado como herramienta y como símbolo de relaciones enfrentadas de clase, el cual no puede “abolirse” mediante un acto de voluntad, sino una vez que las relaciones sociales hayan cambiado radicalmente. Si el feminismo no se hermana urgentemente con la clase trabajadora, difícilmente podrá seguir denominándose como una lucha antipatriarcal. La praxis revolucionaria implica tomar posiciones que pueden parecer moralmente contradictorias, pero que son la única solución para alcanzar transformaciones estructurales. Mientras dentro del movimiento feminista se continúe excluyendo y agrediendo a compañeras que optaron por la izquierda partidista, el feminismo continuará siendo un espacio seguro solamente para algunas mujeres. Y mientras no sea un espacio seguro para todas las mujeres, el feminismo continuará siendo irrelevante para las mujeres obreras del sur global. ”

Declaración conjunta de las Juventudes Comunistas sobre el 100º Aniversario desde la fundación de la Internacional Juvenil Comunista

“¡El comunismo es la juventud del mundo!”

“Así que venid hermanos y hermanas, que la lucha continúa.
La Internacional une al mundo en la canción”

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Hace un siglo, en estos días (20-26 de noviembre de 1919), 29 representantes de 13 países se reunían ilegalmente en Berlín, representando a 219.000 miembros de las Organizaciones Juveniles. Era el congreso fundacional de la Internacional Juvenil Comunista (IJC), que operó durante 24 años como sección de la Internacional Comunista (IC), que se había fundado en marzo de 1919, bajo su guía.

Las Juventudes Comunistas que firmamos esta declaración conjunta homenajeamos el 100º aniversario desde la fundación de la IJC. Su fundación satisfizo la necesidad de la lucha conjunta de las federaciones comunistas y las organizaciones juveniles, la tarea de elaborar y hacer realidad las decisiones de la IC, aspirando a la educación y organización revolucionarias de los trabajadores jóvenes. La IJC heredó la experiencia de la lucha que se dio en los años anteriores contra la política chovinista de la dirección de la Segunda Internacional, en primer lugar la gran contribución revolucionaria de los jóvenes de Rusia, Hungría, Alemania, los países que se estremecieron por las primeras revoluciones y levantamientos socialistas.

Los 24 años de acción de la IJC están llenos de momentos heroicos y constituyen una fuente de conclusiones para las Juventudes Comunistas hoy. Su trayectoria no puede separarse de la trayectoria y la contribución de la IC, así como de las organizaciones juveniles que la formaron. Se identifican con el heroísmo que mostraron millones de jóvenes comunistas en la lucha contra el fascismo y el militarismo, en la lucha de liberación nacional, así como con la persistencia en la defensa de mejores condiciones de educación, vida y trabajo de la juventud. La IJC también contribuyó a la formación y fortalecimiento de las Juventudes Comunistas a través del mundo, a la solidaridad internacionalista práctica hacia los pueblos en lucha y oprimidos. Se pueden extraer conclusiones fructíferas de la trayectoria histórica de la IC y de la IJC, conclusiones relativas a la lucha contra el fascismo y su conexión con la lucha contra el capital, la dañina colaboración con la socialdemocracia y el oportunismo, la posición contra la guerra imperialista.

Hoy, la necesidad de una lucha conjunta de las JJ.CC. de todo el mundo surge ante la correlación de fuerzas internacional negativa para los pueblos. El internacionalismo proletario, el carácter internacionalista de nuestra lucha, no es sólo una expresión de solidaridad, sino que constituye un elemento clave de ella, resultante del carácter internacionalista de la lucha de clases. La agudización de los antagonismos internacionalistas, que toma cada vez más la forma de conflicto militar, el ataque de los Gobiernos y las uniones imperialistas a los derechos laborales y las libertades populares, la agudización de la represión y los callejones sin salida que la juventud afronta hoy, se enfrentan a la lucha conjunta de miles de jóvenes comunistas. En los años anteriores, hemos dado pasos hacia un ritmo conjunto, en la inquebrantable lucha contra el anticomunismo, en la resurrección del movimiento comunista con nuevas fuerzas. Con motivo del cumplimiento de los 150 años desde el nacimiento del dirigente de la Revolución de Octubre, V.I. Lenin, en abril de 2020, nos comprometemos a continuar en esta dirección incluso con mayor determinación.

¡Las Juventudes Comunistas homenajeamos a nuestro pasado, luchamos hoy, nos preparamos para conquistar mañana –la victoria– el socialismo-comunismo!
“¡Proletarios de todos los países, uníos!”

20 de diciembre de 2019

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Carta del CC del PCB a Fidel Castro respecto al encuentro con el CHE

Dejamos este documento importante sobre la cuestión de la guerrilla del Che en Bolivia y la posición del PCB.

DESCARGA DANDO CLICK AQUI:

Carta del PCB a Fidel Castro

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65º ANIVERSARIO DE LA JCB

PRONUNCIAMIENTO EN 65º ANIVERSARIO DE LA JCB

El 27 de junio de 1953 nace la Juventud Comunista de Bolivia, vanguardia juvenil en la lucha por el socialismo en nuestro país, este año cumplimos 65 años de lucha inclaudicable e infatigable por la construcción del socialismo –comunismo, no existe otra organización juvenil en nuestro país con la historia, experiencia, autoridad política y moral que nuestra historia nos ha legado.

 Desde su fundación la “Jota” ha desempeñado un papel de primera línea en las luchas de la juventud Boliviana, coadyuvando y promoviendo la organización de los jóvenes en sus distintas organizaciones gremiales, así fuimos los jotosos los que le dimos vida a las primeras federaciones de estudiantes de secundaria y normalistas, asimismo siguiendo el legado de José Antonio Arze promotor de la Reforma Universitaria en nuestro país, fuimos constructores de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB). Fue así bajo dirección comunista que la juventud demostró su combatividad resistiendo a los distintos regímenes dictatoriales que asolaron nuestro país, por tal razón muchos de nuestros militantes que fueron dirigentes estudiantiles sufrieron represión, tortura, exilio y muchos fueron asesinados y desaparecidos, entre ellos podemos mencionar a Edilberto Osinaga y Alcides García dirigentes universitarios asesinados mientras defendían la Autonomía Universitaria en el golpe fascista de Banzer.

Estos 63 años de lucha consecuente  templaron a nuestra organización hasta convertirla en un referente para la juventud progresista y revolucionaria de nuestro país, América Latina y el mundo.

 En la actualidad la misión de orden para nuestra organización sigue siendo la lucha por la revolución socialista bajo los principios del Marxismo – Leninismo con la clase obrera como guía y conductora de todo el pueblo  trabajador.

  En momentos en que existe incertidumbre por el futuro de los procesos democráticos que se vienen dando en nuestro continente y que vienen sufriendo reveses por el estancamiento y franco retroceso de algunos de estos, nuestra militancia debe responder a las situación histórica actual con valentía, audacia y disciplina basada en nuestra formación y convicción marxista-leninista. Debemos luchar decididamente contra posiciones oportunistas y revisionistas como son las denominadas: “socialismo de mercado”, “socialismo del siglo XXI” o “socialismo comunitario” propuestas que no salen del marco político de la socialdemocracia. Estos intentos de alejarse de las  bases del socialismo científico para caer en el reformismo o revisionismo con el objetivo de mantener el sistema capitalista intacto ya se han dado hace un siglo y es contra esas tendencias que lucharon Lenin y Stalin  en los debates de la segunda y tercera internacional y en el proceso de construcción del socialismo.

 Es así que afirmamos que la JCB estará en primera fila por la reorganización del movimiento juvenil comunista internacional y en confrontación abierta contra el oportunismo y el revisionismo, manteniéndonos firmes en los principios del socialismo científico legado por Marx y Engels reafirmando así nuestra convicción de lucha por la construcción de una Bolivia socialista.

VIVA LOS 65 AÑOS DE LA JCB!
¡VIVA LA JUVENTUD COMUNISTA DE BOLIVIA!
¡VIVA LA JUVENTUD TRABAJADORA!

¡HONOR Y GLORIA A NUESTROS CAÍDOS!

¡HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO –COMUNISMO!

Junio de 2018

Dirección Nacional de la Juventud Comunista de Bolivia

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SALUDOS AL SEGUNDO CONGRESO DE LA FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE MÉXICO

Estimados Camaradas de la Federación de Jóvenes Comunistas de reciban un saludo fraterno y revolucionario de la Dirección Nacional y de toda la militancia de la JUVENTUD COMUNISTA DE BOLIVIA.

 Queremos expresar a nombre de toda nuestra militancia nuestro más caluroso saludo a las distintas delegaciones provenientes de todos los rincones de México y a la dirección saliente de la FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE MÉXICO, estos dos días del evento congresal darán por finalizado una serie de trabajos y discusiones  desplegadas por la  militancia juvenil comunista mexicana llegando al objetivo:  la realización de su Segundo Congreso Nacional, evento máximo y final de meses de arduo trabajo organizacional, político e ideológico.

 Nos encontramos en momentos críticos, producto de la crisis económica del sistema capitalista en las cuales se vienen desarrollando conflictos inter imperialistas que desembocan en la lucha por mercados y dominio de las riquezas naturales, las cuales generan desde guerras contra países como en el caso de Siria lo cual ha demostrado la cara real del imperialismo, financiando a grupos de mercenarios para ocupar un país estratégico política, económica y geográficamente, también podemos ver cómo van creciendo las organizaciones fascistas especialmente en Europa donde se viene dando el desmantelamiento de las conquistas de los trabajadores y se necesita organizaciones de carácter represivo  para contener y reprimir a los trabajadores que luchan por mantener sus derechos, otra vez la crisis  recae sobre los hombros de la clase obrera.

 Ante este panorama en el cual los trabajadores y los jóvenes sufren la más brutal precarización de sus condiciones laborales, y el desempleo ataca a la mayor parte de la juventud, es necesario  que los comunistas convirtamos la rabia de la juventud  hacia un sistema que lo oprime y destruye, en conciencia política y social de que otra sociedad es posible y necesaria y que esta solo viene con la lucha política por el socialismo-comunismo.

   Para que nuestra lucha sea eficaz es necesaria una lucha sin tregua contra el oportunismo y el revisionismo, que vienen dándose como un fenómeno en la actualidad en el movimiento comunista internacional. Desenmascarar el oportunismo tal como lo hicieran Lenin, Stalin y los bolchevique en los debates de la II y III Internacional es una tarea necesaria y urgente.

 Sin duda la clase obrera, los jóvenes trabajadores y las distintas capas populares tienen en el Partido Comunista de México (PCM)  y la Federación de Jóvenes Comunistas (FJC)  su vanguardia ideológica, política y orgánica  para construir la sociedad anhelada por el pueblo mexicano: el socialismo – comunismo.

 Camaradas reciban un abrazo fraterno de toda la militancia de la Juventud Comunista de Bolivia, les deseamos éxitos en las deliberaciones y debates que se darán estos dos días en su congreso, reafirmamos una vez más los lazos de hermandad y afinidad ideológica entre nuestra organización la Juventud Comunista de Bolivia y la Federación de Jóvenes Comunistas (FJC) de México.

 ¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO!

 ¡VIVA LA FEDERACION DE JOVENES COMUNISTAS!

 Por la Dirección Nacional de la Juventud Comunista de Bolivia

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Mensaje de la FMJD por la pérdida física del Comandante Fidel Castro

wfdy1La Federación Mundial de la Juventud Democrática recibe con profundo dolor la noticia de la desaparición física del Comandante Invicto de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz.

La juventud de nuestras organizaciones seguirá la lucha e interpretando el ejemplo y las ideas del camarada Fidel en la construcción de un mundo libre de explotación y con derechos iguales y plenos para todos los pueblos. El legado que deja a la historia de la humanidad, que incluye también el legado para nuestra Federación con el rescate del movimiento de los Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes, en 1997, constituye una guía a la perseverancia y la combatividad que debe caracterizarnos cuando defendemos ideas justas.

La FMJD declara, especialmente ahora en el proceso preparatorio del 19no Festival Mundial de Juventud y Estudiantes, que nuestras memorias vuelven a atrás, a un período difícil donde muchas fuerzas esperaban la desaparición del movimiento del Festival, pero Fidel, a pesar de cualquier dificultad y considerando la importancia del movimiento juvenil internacional, dio la bienvenida al mundo entero en Cuba, en 1997, y junto a los cubanos, fue uno de los principales responsables en la continuación del movimiento de Festivales.

Convocamos a la juventud antiimperialista y progresista del mundo a no dar un paso atrás, a no permanecer impasibles; la línea de combate de la lucha es nuestro reconocimiento a Fidel, juntemos nuestras manos y voces hasta el derrocamiento de imperialismo.

Sobre la juventud Fidel expresó:

«¿Y qué juventud queremos? ¿Queremos, acaso, una juventud que simplemente se concrete a oír y a repetir? ¡No! Queremos una juventud que piense. ¿Una juventud, acaso, que sea revolucionaria por imitarnos a nosotros? ¡No!, sino una juventud que aprenda por sí misma a ser revolucionaria, una juventud que se convenza a sí misma, una juventud que desarrolle plenamente su pensamiento.»

Compañero Fidel, seguiremos su legado para nuestra lucha hasta la victoria definitiva. Ahora, con más fuerza que nunca Fidel se multiplica en nosotros y continúa siendo una fuerza que nos mantiene firmes en nuestro objetivo por un mundo mejor.

El antiimperialismo, el internacionalismo, la solidaridad y la paz, principios básicos de la FMJD, han sido enriquecidos y se fortalecen con las ideas de Fidel.

La muerte no es verdad cuando se ha cumplido la obra de la vida.

¡Hasta siempre Fidel!
¡Hasta la victoria siempre!

Federación Mundial de la Juventud Democrática
Buró Coordinador, Budapest, 26 de noviembre de 2016.

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Sobre la construcción del socialismo (Fidel Castro)

«El socialismo no se crea por generación espontánea, el socialismo hay que construirlo, y el artífice esencial de la construcción del socialismo es el partido.»

Fidel Castro (Ideología, conciencia y trabajo político)

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Victorio Codovilla. STALIN: Gigante del pensamiento y de la acción, Bs As, Anteo, 1953

[Este libro reproduce el discurso de Codovilla en el acto realizado en Buenos Aires el 28 de marzo de 1953 con motivo de la muerte de Stalin]

Escaneado por Matías Godoy

DESCARGAR AQUI:

STALIN (Victorio Codovilla)

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